El deporte una solución para la estabilidad

A estas alturas es difícil encontrarnos a alguien que dude de los beneficios del deporte, “el deporte es bueno para todo” habréis oído cientos de veces. Y no se podría estar más acertado, pero estos calificativos son muy generales y a cada persona le produce unos beneficios específicos y concretos.

Hoy te vamos a explicar más al detalle por qué es bueno comenzar un plan de running y en qué le puede beneficiar a una persona con trastorno bipolar.

Correr pone todo el organismo en marcha, necesitamos alrededor de un 70% de nuestro cuerpo para llevar a cabo esta actividad. Activar tantos músculos de nuestro cuerpo hace que se segreguen cerca de 400 sustancias diferentes entre hormonas, nutrientes, neurotransmisores, transportadores específicos, etc. De entre las muchas funciones que tienen estas sustancias una gran cantidad contribuye a la pérdida y el control del peso corporal y, lo más importante, el metabolismo o la quema de grasa, mejorando de esta forma tus controles sobre el colesterol, tu composición corporal y tu figura. La musculatura aumenta su tono por lo que hará que te sientas más ágil, activo y con más fuerza.

Al trabajar el sistema respiratorio hará que llegue mayor cantidad de oxígeno a la sangre y la mejora del sistema circulatorio hará que, tanto ese oxígeno como los nutrientes, se distribuyan mejor a todas las células del organismo haciendo que nuestro cuerpo sea más resistente al trajín del día a día y tarde más en fatigarse. El sistema inmunológico tampoco se queda atrás, al movilizar mayor cantidad de sangre hacemos que estas células especializadas inspeccionen mejor el organismo protegiéndonos de posibles infecciones y reduciendo el riesgo de enfermar.

Entrando en beneficios más específicos decirte que correr de forma regular favorece la producción de nuevas conexiones nerviosas, siendo unas de las causas de prevención de depresiones y enfermedades relacionadas con la demencia. Además se segregan en mayor cantidad unos neurotransmisores que, posiblemente en más de una ocasión hayas escuchado su nombre, las endorfinas, éstas son famosas por tener un efecto analgésico en el organismo, además de mejorar la sensación de bienestar disminuyendo la sensación de fatiga. Por cierto, cuanto más ejercicio hagas y con mayor intensidad, más cantidad de endorfinas segregarás y por lo tanto sus beneficios serán mayores.

Al igual que ocurre en todo el cuerpo, el cerebro y el sistema nervioso también tiene un mayor aporte de oxígeno y nutrientes, incluyendo la disminución de la tensión arterial cerebral. Induciendo a que mentalmente estés menos cansado, más activo y afrontes el día con mayor positividad y evitando esos molestos dolores de cabeza que suelen aparecer al final de una agotadora jornada.

Está más que demostrado que las personas que son físicamente activas tienen menos posibilidades de sufrir depresión y en el caso de estar deprimido, realizando ejercicio físico se contribuye a mejoras en la depresión. Para poder considerarte una persona activa tienes varias fórmulas, la más conocida es la recomendación de la Organización Mundial de la Salud de practicar 150 minutos a la semana de actividad física moderada o 75 de ejercicio intenso, siendo 60 minutos diarios para niños menores de edad. Otra forma de contabilizarlo es realizar, al menos, 10.000 pasos al día. Sabemos que al principio esta cifra puede asustar, pero estamos convencidos de que llegarás si te propones andar un poco más todos los días e, incluso, esa distancia se te acabará quedando corta.

Recientes estudios indican que realizar 45 minutos de ejercicio moderado de cuatro a cinco veces por semana puede prevenir de forma notable casos de depresión y, si eres una persona físicamente activa notarás, antes la mejoría en este estado. Nosotros te recomendamos que para animarte a practicar deporte en esta fase busques respaldo en un ambiente de ejercicio, con gente o amigos de confianza que sean activos. Practicar actividad física con otra gente, además de crear complicidad y mejorar las relaciones sociales, aumenta la autoestima, relaja tensiones emocionales y mejora la percepción de uno mismo.

Si por el contrario te encuentras en una fase de manía, la actividad física te ayudará a eliminar ese exceso de energía y ayudará a relajarte. Pero te recomendamos que realices ejercicio con una intensidad y duración o distancia que suelas hacer normalmente ya que ese exceso de energía puede desvirtuar tus capacidades físicas y con ello elevar mucho el riesgo de sufrir una lesión. Al igual que en la depresión, te recomendamos que no practiques deporte en solitario o con las personas que habitualmente salgas a correr ya que de esta forma podrá ayudarte a no aumentar de forma excesiva la intensidad y con ello sobrecargarte.

Si te acabas de animar al plan de salir a correr, es importante que empieces suave y progresivamente, con distancias e intensidades que sean cómodas para que tu musculatura y articulaciones se vayan adaptando a esta nueva y sana actividad. Así que ya solo te queda calzarte unas buenas zapatillas y disfrutar del running.

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Fuente: gymfactory.net